
La gente va y mira sin cesar, cual de todos más indiferente, de pronto me miran la panza. Llegué antes que la matrona y aquí esperando en la salita.
Aquí esperando que la Piri, quiera salir, de momento nada…
Me llaman la atención unos llantos de guagua recién parida, esa vocecita aguda y recién salida de su casita. Nació Diego en mi espera, peso 3040, midio 48 y es un guatón exquisito según la euforia de su padre, señala en comentar que están “terminando” a su señora… y no puedo dejar de reír… Él se pasea y agita sus manos, no deja el huevón de lado y programa la celebración del nacimiento.
El personal ni se mira, nunca cruzan miradas, ni buenos días, tan solo son pasantes…
Al medio un huevo cobijado entre plumas.
Bárbara del casino pasa con bandejas.
Al fin un rostro más amable, otro bebé recién salida.
Se sienten golpeteos de vajilla, seguramente la hora del desayuno, y sigo esperando…
Las chicas han llamado, consultan sí estoy pujando…por lo menos me sacan de esta Rutina “hospitalaria”.
Se apagan las lucecitas de los cuartos.
El personal de aseo se marcha y sigo esperando…
Lo único amigable son las máquinas dispensadoras…
Llego Rosa, me mira, saluda y consulta y?...
Ra, conteste… me da un abrazo y nos vamos a la sala de exámenes.
Aquí esperando que la Piri, quiera salir, de momento nada…
Me llaman la atención unos llantos de guagua recién parida, esa vocecita aguda y recién salida de su casita. Nació Diego en mi espera, peso 3040, midio 48 y es un guatón exquisito según la euforia de su padre, señala en comentar que están “terminando” a su señora… y no puedo dejar de reír… Él se pasea y agita sus manos, no deja el huevón de lado y programa la celebración del nacimiento.
El personal ni se mira, nunca cruzan miradas, ni buenos días, tan solo son pasantes…
Al medio un huevo cobijado entre plumas.
Bárbara del casino pasa con bandejas.
Al fin un rostro más amable, otro bebé recién salida.
Se sienten golpeteos de vajilla, seguramente la hora del desayuno, y sigo esperando…
Las chicas han llamado, consultan sí estoy pujando…por lo menos me sacan de esta Rutina “hospitalaria”.
Se apagan las lucecitas de los cuartos.
El personal de aseo se marcha y sigo esperando…
Lo único amigable son las máquinas dispensadoras…
Llego Rosa, me mira, saluda y consulta y?...
Ra, conteste… me da un abrazo y nos vamos a la sala de exámenes.