
De un tiempo a esta parte no me gustan los funerales, han sido muy pocos en los que he disfrutado de las historias previas al velorio y funeral.
El ultimo fue hace dos semanas, Casi imperceptible nada apuntaba a que Juan Eduardo, dejaría de existir a las seis de la mañana ahogado según I.legal en su propio vomito producto de la neumonia.
Difícil y sorpresivo. Llego el Sapu le trato de hacer reanimación pero el cuerpo ya estaba inerte.
Nadie la cree aun. su novia, su madre, su hermana y familiares cercanos
el cementerio lúgubre a pesar del verde y naranjo de las hojas en invierno.
quise despedirlo pero no pude, me invadía la pena en unos versos al angelito que había elegido para interpretar.
Aproveche el viaje de ver a un compañero, su tumba fría, no se si en el olvido.
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